sábado, 23 de febrero de 2013

Iluso

Como ya se ha contado en este post mis pocas habilidades futbolísticas, en el fútbol es donde soy testarudo, que aunque sea malo (o no tenga condiciones, virtudes, dones o saber pasar la pelota) siempre intenté jugar y a los 32 años mantenía la ilusión de jugar en algún equipo que compita en alguna liga oficial de la AFA. Y hace un par de semanas la ilusión fue alimentada gracias al Facebook, donde tengo jugadores y DTs de cualquier categoría, cuando el DT de un equipo (no voy a dar el nombre porque tampoco da para quemarlo) pero que es muy loco: es de Temperley, entrena en Quilmes, hace de local en una cancha del sur del GBA (donde solo anda el tren Diesel) y juega en una liga del norte del GBA.
El DT me dijo que vaya tal día a entrenar y hablábamos, pero por la lluvia se suspendió. Pero al rato me dice "tenemos un amistoso con Empalme San Vicente FC, venite" , pese a las advertencias(?) que le di: "mirá que hace 3 meses que no juego, que en el medio me desgarré, que por primera vez tuve una lesión muscular y cuando pasa cierto tiempo pierdo la memoria(?) futbolística", el DT, comprensivo me dijo "no importa, vení" .

Un feriado, lluvioso, lindo para quedarse en casa, pero no, nos encontramos en Temperley con los demás jugadores, bajamos en Glew y de ahí un bondi a San Vicente. Llegamos, a donde uno se choca con las vacas, donde el unico asfalto es la ruta, que es una línea gris y claro, a lo lejos el tren (fiel testigo de mis pastoreos extremos). Llegamos, le dije "juego de 5". Armó el equipo y salimos. Como yo lo dije, si paso mucho tiempo sin jugar, pierdo la memoria (¿o no tengo?). El primer tiempo, un desastre como 5, no agarré una vaca adentro de un ascensor, pasé a jugar de volante izquierdo y tampoco podía agarrar ni a un caracol. Vino el entretiempo y el DT, que ya con dos cagadas que hice perdió la paciencia pero como no me conocía bien no me puteó, me dijo: "andá, jugá de 9, quedate ahí pescando, no sé, tapá la salida, pero quedate ahí". Molesté a todos, al arquero de ellos, a los defensores de ellos y a los de mi equipo.
Terminó el partido y no me dijo nada, porque supongo que pensó "a este pibe no lo pongo ni de palo si no tenemos un arco...". Algunos, viendo que estaba muy frustrado, me tiraron buena onda pero ya se sabía que era "Hola y chau".
Futbolísticamente un desastre, como si me faltara el concepto de distancia, de tiempo y de espacio para pasar y marcar. Eso sí, físicamente impecable, corriendo a todo el mundo (al pedo) durante 80 minutos.

Así que, dada las cirscuntancias que apenas juego, juego mal, el fútbol me ha retirado(?). 



 Esteban Cambiasso y Edgar Alvarez, dos jugadores en su plenitud a los 32 años...

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