Sin embargo, hubo momentos gloriosos, como el rescatar del piso a la Suricata centinela en reiteradas ocasiones. La última vez, ella de espaldas a mi en la silla de ruedas, me saludó y terminó de boca en el piso ¿cómo se entiende esa caída? ni Stephen Hawking lo pudo explicar...
También se la ve yendo y viniendo por el hall del edficio al ritmo de "salgo a tomar fresco", pero solamente se queda mirando en la puerta de entrada, cerrada. No da para sacar fotos de los carteles que hay en el edificio, estamos mas filmados que en Londres, New York o Tigre, pero son notitas de magicas, de puro amor hacia un par de inquilinos...
